3 de marzo de 2009

Cine y bizcochos

Puesto que no pudimos tener sesión en enero, este mes tuvimos doble proyección.
Binta y la gran idea.

Por un lado, vimos Binta y la gran idea, un corto de Javier Fesser que forma parte del largometraje En el mundo a cada rato, producido con la colaboración de UNICEF, en el que cinco directores dan su visión sobre distintas realidades que afectan a la infancia. Binta y la gran idea muestra algunos de los problemas a los que se enfrentan los niños y niñas en el África subsahariana, desde la mirada inocente y optimista de su protagonista, una niña de siete años.

De esta experiencia, Fesser, el director de la película, ha dicho: “Era fácil intuir que haciendo una película a medias con un buen puñado de niños de una aldea perdida en el África subsahariana íbamos a aprender más nosotros que ellos. Pero nadie hubiera imaginado tanto. Ni tan hermoso. Ni tan útil. Ni tan imprescindible”.

Azur y Asmar




Además, el último viernes del mes vimos la película de animación Azur y Asmar, dirigida por Michel Ocelot, el director de Kirikú y la bruja.

Azur y Asmar es una fábula, un cuento de hadas que nos habla de tolerancia y convivencia, de racismo y prejuicios, de la dureza de la inmigración. Michel Ocelot nos regala una película de animación de una factura bellísima, que nos cautiva, no sólo por el argumento, sino por su magnífico e imaginativo uso de los colores y los volúmenes, tan diferentes a los del cine de animación comercial, que nos subyugan y hacen de esta película una más que recomendable propuesta, no sólo para niños sino para todo aquel que mantenga intacto su sentido de la maravilla.

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